•¿Se acuerda usted del joven Julio Castrillón, tristemente célebre por haber asesinado y enterrado a la joven Ana Nassar Campos en 2002? Pues resulta que salió de la cárcel hace un par de años, para toparse con un entorno sumamente complicado al tratar de rehacer su vida en su ciudad.
• Resulta que su nombre nadie lo olvidó, por lo que se le cerraron todas las puertas. Según le cuentan a Protágoras, Castrillón Intentó entrar al Tec, a la UdeM, a la UANL, y a otras universidades, pero en todas lo rechazaron. Hoy, el joven Julio trata de enderezar su camino en Toluca, Estado de México, donde actualmente estudia la carrera de psicología.
El quedó libre desde 2007, luego de cumplir una condena de apenas cinco años.
Y es que la “cruz” que carga Castrillón es difícil de olvidar para la sociedad regiomontana: hace ocho años cometió uno de los asesinatos más brutales en la vecina ciudad, y aunque cumplió su sentencia, se le han cerrado todas las puertas para el estudio y el trabajo.
Pero el camino no será sencillo, pues para la sociedad será difícil olvidar las circunstancias que rodearon el crimen que cometió el joven, entonces de 16 años, cuando el 29 de enero de 2002 mató a golpes y puñaladas a su amiga Anita Nassar Campos, de 13 años, a quien enterró en el patio de la residencia donde vivivía; ambos eran hijos de reconocidas familias en los círculos sociales de Monterrey.
El repudio al joven se acentuó cuando mediáticamente se acusó al padre del muchacho, Julio Castrillón Valdés, un ex diputado federal panista, de usar sus influencias para ocultar las investigaciones durante las primeras horas a los medios de comunicación.
Incluso, el entonces Procurador de Nuevo León alegó que el joven padecía trastornos mentales bajo los que había actuado, pese a que no se le había practicado hasta ese momento evaluación clínica, psicológica ni psiquiátrica alguna.
-Fuente: http://elhorizonte.mx/a/editorial/5063 Foto : Vanguardia.com.mx
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